La Globalización constituye un importante desafío para muchas empresas.
La presencia de nuevos actores en los mercados internacionales, con acceso a nuevas fuentes de materias primas y tecnología, mano de obra, transporte, etc., a precios muy competitivos, puede suponer una amenaza para nuestros objetivos.
Subcontratar actividades no esenciales y de baja rentabilidad en la empresa, reduce los costes de producción y permite destinar mayores recursos a otras actividades más lucrativas.